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Mi novio, mi coño y los juguetes chinos


Tenía un buen rato que no escribía sobre cosas cachondas y no por falta de ganas, sino porque esta cuarentena y este encierro, hacen un poco difícil hablar de cosas referentes a cuerpos restregándose contra otros cuerpos, pero afortunadamente sería una mentira decir que ahora nadie coge.



Hay aquell@s que aún se aventuran a experiencias con desconocid@s bajo su propio riesgo y estamos los que afortunadamente para cuando llegó esta chingada pandemia, ya teníamos con quién seguir sintiendo el calor de unos labios húmedos y de un cuerpo vibrante entre las piernas.



Tengo una pareja que además de no espantarse de mis gustos en el ring de las sabanas, igual que yo disfruta de experimentar y probar cosas nuevas, así que cuando llegué con mi caja de juguetes chinos adquiridos en Amazon, cual niño en navidad me ayudó a arrancar las cintas canelas que apretujaban la bolsa Ziploc que contenía los 25 accesorios de distintos colores, funciones y texturas que uno a uno fuimos extrayendo.


Ilustración por Colin Verdi's

Dentro de la dichosa cajita, venían algunos elementos que aún seguimos preguntándonos: ¿Quién encontraría satisfactorio jugar con ellos?, pero de todo hay en este nuestro planeta, así que bien por aquell@s que disfrutan de succionar los pezones de su pareja con un aparato que pareciera ser un pequeño destapacorcho succionador, así tal cual como lo leen, colocaré aquí mismo una fotografía por si alguien se anima a contarnos de qué diablos va.







Entre las otras curiosidades encontramos un dildo que contiene una especie de chupón para adherirlo a la pared, al piso o cualquier superficie lisa, me parece también de esas cosas aventuradas pues primero que nada habría que asegurarse de la higiene de dicha superficie, supongo que ese juguetito está creado especialmente para el auto placer, cuando no hay nadie cerca, puedes convertir al muro de tu habitación o el piso de tu cocina en el/la mejor amante, ese, ha permanecido en su bolsita y creo que ahí permanecerá.




Pero vayamos a los otros, a los que hemos ido probando y que han acompañado nuestros encuentros, aquellos que le han agregado spice a nuestros rounds de caricias y fluidos.

La dotación contaba con un set de amarres que no veas, un par de cintas para los tobillos y las muñecas hermosamente forradas en una especie de terciopelo rojo que puedes combinar y apretar a tu antojo, las cintas además traen adaptadas unas cadenas de metal para entrarle al lado más kinky, claro esas fueron de las primeras que probamos, uniendo mis manos a mis tobillos, ufff sumamente recomendable eso del juego con cadenas y amarres, si le practicas puedes convertirte en maestr@ del Shibari y agregarle un poco de arte al juego.



El paquete también incluía un pequeño látigo de los que les llaman floggers para aquellos que les prende el BDSM, a mí por qué negarlo me gusta un poquito, no al punto de aullar de dolor, pero unas nalgadas de vez en cuando o unos ligeros azotes con este bello objeto, en definitiva, han sido bastante disfrutables.



También había dentro de la dotación, vibradores de distintos tamaños, texturas y formas, están aquellos hechos de jelly, si así tal cual, una especie de gelatina que aunque suene extraño tiene una textura bastante cachonda y deslizable, están los pequeños para estimulación externa, unos más delgados y otros que van de pequeño a grande, si no puedes imaginarte para qué son quizá no deberías estar leyendo esto.



En la colección también venía uno para utilizar un poco a distancia, le das el control a tu pareja y él maneja la intensidad, ¿a poco no suena rico?

Otra de las joyas dentro de esta dotación es un pequeño butt plug con algo que trata de imitar una piedra preciosa, la pieza de metal es un bello objeto así por si mismo y aún permanece en su paquete esperando el momento de ser el personaje estelar de la noche, hay cosas que aún no me he animado a experimentar, pero soy una partidaria de decir “Nunca digas nunca”.


Ilustración por Zalez

Quizá aún te preguntes dónde encaja mí pareja en todo esto, muy sencillo, el juego con el otro y estos múltiples juguetes dan para mucho y si tienes una pareja imaginativa hay muchas formas de jugar con ellos; a veces tu pareja puede disfrutar de mirarte utilizarlos, a veces puede tu pareja ser quien te estimule con ellos, buscando encontrar el punto detonante de placer, tú puedes estimular a tu pareja y así el cuento puede seguir y seguir, hay muchas fantasías que pueden llevarse hasta tu cama sin tener que involucrar a un tercero…


Ilustración por Colin Verdi's

Ahora que, si no son de introducir objetos extraños dentro de su cuerpo o de sus parejas, pueden utilizar los distintos vibradores de manera externa para estimular todo aquello que la imaginación les permita, además de por supuesto el clítoris, los pezones, el cuello, la lengua… con vibraciones que varían de velocidad y si me permiten una sugerencia, combinar esa vibración con el movimiento y la penetración de un ser de carne y hueso es de las cosas más intensas que mi cuerpecito y yo hemos experimentado.


Ilustración por Raffaele Marinetti

No tengas miedo de probar cosas nuevas, atrévete a pedir lo que te gusta y si aún no lo sabes bien juega y descúbrelo, lo mismo si no tienes pareja.


Como has de imaginar los controles remotos de la t.v., el cable, dos viejos dvd's (y etcétera) se fueron quedando sin baterías, ya todas están en los juguetes. Afortunadamente ya van haciendo aquellos que se cargan vía USB, para no depender de las horribles Duracell. Aún nos quedan algunos de los juguetes por probar, a veces no usamos nada, a veces usamos uno, a veces combinamos varios.

Siempre tuve curiosidad de probar lo que se sentía usar un vibrador y la verdad es que descubrirlo acompañada, ha resultado toda una delicia y ¿tú? ¿Te animas a probar?



 
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